24/3/09

El Tour de 1999, un cambio radical.

Buenas tardes! Ayer mismo estaba debatiendo con unos amigos quién era el mejor ciclista de todos los tiempos. Tarea difícil, puesto que cada deportista responde a unas necesidades determinadas en cada época. Además, cuando llegué de noche a casa, me enteré que el gran Lance Armstrong se rompió la clavícula y estará de baja un mes.

De eso vamos a hablar hoy: de ciclismo y del ciclista americano. Para ello tenemos que viajar en el tiempo diez años atrás, en 1999. El Tour empezaba en la localidad francesa de Le Puy-Du-Fou. Un prólogo de 6.8km ponía a prueba a los mejores velocistas, como fue el caso del suízo Alex Zülle. A pesar de la immensa popularidad que tiene hoy el corredor tejano, en 1999 todas las miradas estaban puestas en la figura del malogrado Marco Pantani "el pirata", absente en aquella edición por las reiteradas acusaciones de dopaje muy acertadamente, por cierto; Jan Ullrich -un muy joven Jan Ullrich- no pudo participar en la presente edición por culpa de un accidente con su compañero Udo Bölts en la Vuelta a Alemania y decidió prepararse para disputar la Copa del Mundo de crono, que acabo ganando.
Abraham Olano, la gran esperanza española y uno de los grandes favoritos para adjudicarse al Tour, acabó decepcionando a aquellos que veían en el ciclista de Anoeta como el heredero de Miguel Induiráin, el mejor ciclista español de todos los tiempos.

El prólogo finalizó y dejó a Armstrong y a Zülle en la primera y segunda posición, respectivamente. Pocos sabían que aquello conformaría el podio final. Aún así, la épica de ver a un corredor que acababa de superar un cáncer en 1997 no tenía precio.
La prensa francesa e la internacional se hacían echo de la noticia y ya empezaban a hablar de nacimiento de una nueva estrella. Y no iban equivocados...

El estonio Jan Kirsipuu aguantó el maillot jaune hasta la octava etapa y lo hizo en detrimento del americano. Aún recuerdo aquella etapa: una crono de unos 60 kilómetros, un calor horrible y un Abraham Olano que fue doblado por el corredor del US Postal que dio un golpe de autoridad (como haría en las posteriores grandes citas). Pero la mejor versión del ciclista de El Plano aún estaba por llegar. Y llegó en la novena etapa, una etapa dura y de pura montaña entre las cuales se encontraba el temible Galibier, de categoria especial. Armstrong se plantó con fuerza, con mucha fuerza y media hora antes de la llegada a Sestrieres (la meta) dejó en evidencia a Zülle y con una fuerza sobrehumana y unas piernas dotadas de una biomecánica increíble, se fue a por Escartín que acabó derrotado ante la superioridad del norteamericano.
El problema no es que Escartín fuera malo, todo lo contrario... para un servidor Fernando Escartín fue el mejor ciclista español entre el 1999 y 2000. A pesar de no atacar mucho y de poseer una extraña y muy particular pedalada, tenía una resistencia y una tenacidad increíbles.
Así, con un Zülle i un Gotti (italiano) humillados, el de Texas palpó su primera victoria en alta montaña en un Tour. Las etapas restantes fueron un mero paseo del americano y además en la crono final rebentó el tiempo de la general con 7' 37" respecto del segundo clasificado, el suízo Alex Zülle.

Desde Greg Lemond en 1990, un americano no se volvía a vestir con el maillot amarillo en París. Además de esa increíble victoria la prensa se hizo echo de la extraordinaria victoria del de El Plano, superando dos cáncers, varias quimioterapias y ganando ese Tour.
Hoy, en 2009, y con un Armstrong que desafortunadamente ayer se lesionó, el estadounidense ha vuelto para incrementar su leyenda, una leyenda de 7 tours y varios campeonatos del mundo que le sitúan en el Olimpo del ciclismo. Afirman los especialistas deportivos que no se puede valorar a un deportista hasta que no finaliza su carrera, pero lo que es cierto es que Armstrong, con sus siete Tours, puede competir con ciclistas de la talla de Eddie Merckx, Jacques Anquetil o Miguel Induráin. Para analizar si ha sido o no ha sido el mejor de la historia hay que tener en cuenta muchos factores: la evolución técnica de las bicicletas, las etapas, la afición (ver caso Merckx), entre otros muchos otros factores.
Yo no soy quien para valorar si ha sido o no el mejor, eso lo tienen que hacer los especialistas. Para mi, sinceramente, el mejor de todos los tiempos ha sido el gran Eddie Merckx, poseedor de un historial increíble, con títulos en las principales grandes vueltas. Y el podio lo conformarían Armstrong e Induráin. Al primero le escojo por su mentalidad, confianza e inteligencia, así como el poseedor de la mejor biodinámica que han visto mis ojos. A Induráin le escojo por el handicap de su alto cuerpo, aunque tenía un corazón que latía muy lentamente y eso le favorecía. Coppi, Fignon, Hinault, Delgado, Ocaña, Anquetil, Bobet, Petit-Breton... son muchos de los otros grandes ciclistas que fueron o son unos fuera de serie.
Lo que nadie pone en duda es que en el verano de 1999, en Francia nació una estrella del deporte mundial que aún brilla y con mucha fuerza.



Pau Lladó i Rebull ©

1 comentari:

Unknown ha dit...

El Tour del 99 marcó un antes y un despues en en ciclismo, ya que uno de esos hitos a modos de leyenda se empezó a forjar. Lástima que la gran luz que desprede la figura del de Texas se vea ensombrecido por tantos peros: la sombra del dopaje, la fortuna para esquivar desgracias, no haber tenido una competencia fuerte como la existente en todas las épocas del ciclismo...
Pero lo que está claro es qes, ha sido y será, una figura de importancia mundial y que ha roto fronteras. Más que sus muchos éxitos, el mejor regalo qnos ha hecho es su esfuerzo de superacion
Grande Lance!