27/3/09

Los reyes del crawl (crol).

Buenos y lluviosos días.

Hoy voy a hablar sobre mi gremio; hoy voy a hablar sobre natación. Voy a inaugurar el primer artículo sobre este deporte hablando de mi estilo predilecto, el crol.
No creo que haga falta que explique ese estilo, ya que es el más frecuente, el más practicado por la mayoría de usuarios de piscina y/o nadadores de todo el mundo.

Para hablar de ese magnífico estilo nos remontaremos al siglo XIX, concretamente en 1844. Nos encontramos en Londres. Casi dos milenios después de la primera carrera de natación documentada de la historia en Japón, en la capital británica se llevó a cabo una curiosa carrera entre indios americanos y soldados británicos. Conque la carrera no tenía ni reglas ni un estilo definido con el cual se tenía que nadar, los indios sudamericanos nadaron crol (estilo que aprendió posteriormente para Europa, John Trudgen) y los soldados ingleses, por contra, braza. El resultado fue el obvio: victoria para los indios sudamericanos.
Desde ese momento, y aunque ese estilo fuese considerado non-grato para los ingleses, el crol cogió fuerza en Europa y hasta que no hubo federaciones fueron varias las personas que la intentaron perfeccionar. El más significativo e importante de ellos fue Richard Cavill, profesor de natación australiano, quien observó que los indios de las islas Salomón utilizaban una patada parecida a la actual. La estudió, comparó y perfeccionó, de manera que se dejó atrás el estilo Trudgen y se pasó al actual estilo crawl australiano, que fue aplicado en 1950 con minsas modificaciones respecto al que nadan los nadadores de la actualidad.

Sabiendo ya los inicios del crawl y todo lo que acaeció a partir de entonces, vamos al primer gran nadador que hubo de ese estilo. Johnny Weissmüller de Estados Unidos, más conocido como "Tarzán" por sus numerosas interpretaciones en la gran pantalla. Su físico -el mismo que le hizo famoso como el personaje ficticio de la selva- le permitió ganar cinco oros olímpicos, tanto en corta como en media distancia. Asimismo el equipo de Estados Unidos de waterpolo -en el que él formaba parte- quedó tercero en los JJOO de París en 1924.
No había nadie que hiciera sombra al nadador de origen austro-húngaro. Para buscar algún competidor que esté a su altura tenemos que viajar al continente oceánico, concretamente en Australia. Los artífices del crol en Australia -país donde siempre ha sido conocido en el mundo acuático por ese estilo- fueron la sensacional Dawn Fraser y Murray Rose. Los múltiples oros que tuvieron los dos nadadores australes en la Copa del Mundo y en los Juegos, abrieron un camino que aún hoy perdura y que ha convertido a la antigua colonia inglesa en una de las mayores potencias mundiales en natación y la mayor -desde mi punto de vista- en crol.

A partir de aquí y con los años de hermosa tiranía de Mark Spitz (década de los 70), la otra gran perla del crol fue un ruso llamado Alexandr Popov. Un servidor, cuando en 2003 tuvieron a cabo los campeonatos del mundo de Barcelona, fue a verlo en directo. Quedé impresionado, anonadado. Y es que los innumerables títulos que tuvo el ruso en corta distancia (50 y 100m) a lo largo de su carrera le valieron el título de mejor nadador en corta distancia de todos los tiempos. El relevo ruso que competía en la final de los 4x100 crol en Barcelona' 03, iba cuarto. El último relevo era Popov y batió a los tres rivales que tenía delante, dejándolos tirados en la cuneta con una superioridad insultante. Un gran rival como fue Biondi, considerado en la década de los 90 como el segundo mejor corredor de la historia de EEUU, de una calidad inmensa, quedaba siempre reelegado a segundo plano "por culpa" de aquel tsar ruso de un físico comparable al austral Ian Thorpe.
De ese hablamos a continuación. Ian Thorpe. Seguramente ha sido el mayor talento de la historia del crol. El talento le venía dado gracias a unos pies y unas manos inmensas que actuaban de maravilla. Él solo tenía que moverlos de manera adecuada y con el estilo adecuado. No tenía rival en largas distancias. Solo su compatriota Gran Hackett podia arrebatarle el oro en los 400m crol, pero lo tenía muy difícil. Asimismo, el holandés Pieter van der Hoogenband podia hacerle competencia en las cortas distancias.

A principios de la década del 2000, eran tres los grandes nadadores de crol: Ian Thorpe, Alexandr Popov y Pieter van der Hoogenband. Entre ellos se fueron disputando la victoria en increíbles y memorables carreras que eran mucho más que un acontecimiento deportivo corriente. La natación, un deporte que normalmente es muy aburrido, a principios del siglo XXI, empezaba a coger un relieve bastante importante y todo gracias a la competitividad que ofrecían esos tres monstruos.
De especial mención es la final olímpica de los 400m. Ahí vimos a un joven Michael Phelps, el mayor talento de la historia de la natación que se enfrentó a los titanes van der Hoogenband y Thorpe. Ganó el austral, pero el americano dejó magníficas sensaciones; unas sensaciones que se verían confirmadas en el verano de 2008, cuando el mayor talento de la historia de ese deporte se convirtió en su rey Midas al lograr ocho medallas de oro en los JJOO de Pequín.

Bernard, Sullivan, Lezak, Manadou, Hwan... son muchos de los nadadores de crol que en un futuro no muy lejano recogerán el relevo de esos grandes nadadores. Estarán a la altura? No lo sé, yo creo que no ya que el legado dejado por nadadores australes, holandeses y americanos ha sido tan grande que nadie podrá superarlo. Bajo mi punto de vista es necesario un incentivo, una motivación que solo puede venir de la mano de varias estrellas mundiales que compitan entre sí. Si Phelps se vuelve a poner las pilas, quizá podemos ver algunos años más de magníficas carreras de crol y de natación, en general. Pero eso es una cosa que depende del futuro.



Pau Lladó i Rebull ©

24/3/09

El Tour de 1999, un cambio radical.

Buenas tardes! Ayer mismo estaba debatiendo con unos amigos quién era el mejor ciclista de todos los tiempos. Tarea difícil, puesto que cada deportista responde a unas necesidades determinadas en cada época. Además, cuando llegué de noche a casa, me enteré que el gran Lance Armstrong se rompió la clavícula y estará de baja un mes.

De eso vamos a hablar hoy: de ciclismo y del ciclista americano. Para ello tenemos que viajar en el tiempo diez años atrás, en 1999. El Tour empezaba en la localidad francesa de Le Puy-Du-Fou. Un prólogo de 6.8km ponía a prueba a los mejores velocistas, como fue el caso del suízo Alex Zülle. A pesar de la immensa popularidad que tiene hoy el corredor tejano, en 1999 todas las miradas estaban puestas en la figura del malogrado Marco Pantani "el pirata", absente en aquella edición por las reiteradas acusaciones de dopaje muy acertadamente, por cierto; Jan Ullrich -un muy joven Jan Ullrich- no pudo participar en la presente edición por culpa de un accidente con su compañero Udo Bölts en la Vuelta a Alemania y decidió prepararse para disputar la Copa del Mundo de crono, que acabo ganando.
Abraham Olano, la gran esperanza española y uno de los grandes favoritos para adjudicarse al Tour, acabó decepcionando a aquellos que veían en el ciclista de Anoeta como el heredero de Miguel Induiráin, el mejor ciclista español de todos los tiempos.

El prólogo finalizó y dejó a Armstrong y a Zülle en la primera y segunda posición, respectivamente. Pocos sabían que aquello conformaría el podio final. Aún así, la épica de ver a un corredor que acababa de superar un cáncer en 1997 no tenía precio.
La prensa francesa e la internacional se hacían echo de la noticia y ya empezaban a hablar de nacimiento de una nueva estrella. Y no iban equivocados...

El estonio Jan Kirsipuu aguantó el maillot jaune hasta la octava etapa y lo hizo en detrimento del americano. Aún recuerdo aquella etapa: una crono de unos 60 kilómetros, un calor horrible y un Abraham Olano que fue doblado por el corredor del US Postal que dio un golpe de autoridad (como haría en las posteriores grandes citas). Pero la mejor versión del ciclista de El Plano aún estaba por llegar. Y llegó en la novena etapa, una etapa dura y de pura montaña entre las cuales se encontraba el temible Galibier, de categoria especial. Armstrong se plantó con fuerza, con mucha fuerza y media hora antes de la llegada a Sestrieres (la meta) dejó en evidencia a Zülle y con una fuerza sobrehumana y unas piernas dotadas de una biomecánica increíble, se fue a por Escartín que acabó derrotado ante la superioridad del norteamericano.
El problema no es que Escartín fuera malo, todo lo contrario... para un servidor Fernando Escartín fue el mejor ciclista español entre el 1999 y 2000. A pesar de no atacar mucho y de poseer una extraña y muy particular pedalada, tenía una resistencia y una tenacidad increíbles.
Así, con un Zülle i un Gotti (italiano) humillados, el de Texas palpó su primera victoria en alta montaña en un Tour. Las etapas restantes fueron un mero paseo del americano y además en la crono final rebentó el tiempo de la general con 7' 37" respecto del segundo clasificado, el suízo Alex Zülle.

Desde Greg Lemond en 1990, un americano no se volvía a vestir con el maillot amarillo en París. Además de esa increíble victoria la prensa se hizo echo de la extraordinaria victoria del de El Plano, superando dos cáncers, varias quimioterapias y ganando ese Tour.
Hoy, en 2009, y con un Armstrong que desafortunadamente ayer se lesionó, el estadounidense ha vuelto para incrementar su leyenda, una leyenda de 7 tours y varios campeonatos del mundo que le sitúan en el Olimpo del ciclismo. Afirman los especialistas deportivos que no se puede valorar a un deportista hasta que no finaliza su carrera, pero lo que es cierto es que Armstrong, con sus siete Tours, puede competir con ciclistas de la talla de Eddie Merckx, Jacques Anquetil o Miguel Induráin. Para analizar si ha sido o no ha sido el mejor de la historia hay que tener en cuenta muchos factores: la evolución técnica de las bicicletas, las etapas, la afición (ver caso Merckx), entre otros muchos otros factores.
Yo no soy quien para valorar si ha sido o no el mejor, eso lo tienen que hacer los especialistas. Para mi, sinceramente, el mejor de todos los tiempos ha sido el gran Eddie Merckx, poseedor de un historial increíble, con títulos en las principales grandes vueltas. Y el podio lo conformarían Armstrong e Induráin. Al primero le escojo por su mentalidad, confianza e inteligencia, así como el poseedor de la mejor biodinámica que han visto mis ojos. A Induráin le escojo por el handicap de su alto cuerpo, aunque tenía un corazón que latía muy lentamente y eso le favorecía. Coppi, Fignon, Hinault, Delgado, Ocaña, Anquetil, Bobet, Petit-Breton... son muchos de los otros grandes ciclistas que fueron o son unos fuera de serie.
Lo que nadie pone en duda es que en el verano de 1999, en Francia nació una estrella del deporte mundial que aún brilla y con mucha fuerza.



Pau Lladó i Rebull ©